obra contemporánea

Amalia Jamilis es sin dudas una de las más grandes cuentistas argentinas, de la estirpe de Armonía Sommers, de Liliana Heker y de Silvina Ocampo. Hay en sus libros algo de horror larvado, de locura sutil, de la sombra de lo siniestro en lo real, que son su marca de agua, su firma secreta. Y si podemos seguir hablando de ella en presente, no es sólo porque todavía la evoquemos viva, lúcida, siempre aguda, sino porque ése es el privilegio de los grandes autores: ser anfibios más allá de su tiempo, revivir en la memoria y en las lecturas del futuro, persistir a través de esa otra vida legada en artefactos de palabras -Detrás de las columnas, Los trabajos nocturnos, Madán, Ciudad sobre el Támesis- que siguen hablándonos de cerca.

Este relato para jóvenes, Aventuras en la Bahía de las Luces, puede convertirse en la puerta de entrada para que una nueva generación se acerque a sus libros. Hay a través de sus páginas una fundación mítica de una ciudad a partir de una aldea llamada Tamarisco, un perro que es en realidad un ser prehistórico, una tribu caníbal de Amnesios, una Casa de Espejos, un Nigromante que propone muerte o acertijo… Como si se tratara de un parque de diversiones desquiciado, que aparece por partes en el camino, las andanzas en esta Bahía de las Luces conforman a la par una memoria de monstruos y amistades de la infancia, de lo que se agita y asoma, entre imaginación y truculencia, en las historias que se cuentan entre sí los niños.

 

Guillermo Martínez

AVENTURAS EN LA BAHÍA DE LAS LUCES. AMALIA JAMILIS

$15.000
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Amalia Jamilis es sin dudas una de las más grandes cuentistas argentinas, de la estirpe de Armonía Sommers, de Liliana Heker y de Silvina Ocampo. Hay en sus libros algo de horror larvado, de locura sutil, de la sombra de lo siniestro en lo real, que son su marca de agua, su firma secreta. Y si podemos seguir hablando de ella en presente, no es sólo porque todavía la evoquemos viva, lúcida, siempre aguda, sino porque ése es el privilegio de los grandes autores: ser anfibios más allá de su tiempo, revivir en la memoria y en las lecturas del futuro, persistir a través de esa otra vida legada en artefactos de palabras -Detrás de las columnas, Los trabajos nocturnos, Madán, Ciudad sobre el Támesis- que siguen hablándonos de cerca.

Este relato para jóvenes, Aventuras en la Bahía de las Luces, puede convertirse en la puerta de entrada para que una nueva generación se acerque a sus libros. Hay a través de sus páginas una fundación mítica de una ciudad a partir de una aldea llamada Tamarisco, un perro que es en realidad un ser prehistórico, una tribu caníbal de Amnesios, una Casa de Espejos, un Nigromante que propone muerte o acertijo… Como si se tratara de un parque de diversiones desquiciado, que aparece por partes en el camino, las andanzas en esta Bahía de las Luces conforman a la par una memoria de monstruos y amistades de la infancia, de lo que se agita y asoma, entre imaginación y truculencia, en las historias que se cuentan entre sí los niños.

 

Guillermo Martínez